El tema del suicidio, no es ajeno a mi experiencia como psicoterapeuta. He acompañado a distintas personas que se han sentido deprimidas y en ocasiones con deseos de suicidarse. Estas ideas y sentimientos no son fáciles de reconocer y expresar frente a alguien más por lo tanto al hablar de ello, cambia la visión de quien las tiene. Cuando salen a flote se aligera el paso por la existencia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es un grave problema de salud pública que ocupa un lugar entre las primeras veinte causas de muerte en las estadísticas mundiales. En los últimos 45 años las tasas de suicidio han aumentado en un 60% a nivel mundial. El suicidio es una de las tres primeras causas de defunción entre las personas de 15 a 44 años en algunos países, y la segunda causa en el grupo de 10 a 24 años; y estas cifras no incluyen los tentativas de suicidio, que son hasta 20 veces más frecuentes que los casos de suicidio consumado. (Ver cifras de la OMS)
Cuando una persona se suicida, no sólo acaba con su vida, también atenta contra la salud mental y emocional de todo su entorno (familia, amigos, conocidos) que no pudieron hacer nada para evitarlo. En todo caso el suicidio es, hasta ahora, la única muerte que se puede prevenir.
Quizás la vida se vea complicada en algunos momentos, pero no por ello se necesita una salida definitiva. Como dice Dado Canales, en su magnífico y recomendable libro Suicidio: decisión definitiva a un problema temporal, una persona que piensa en suicidarse: “no quiere realmente morirse, lo que busca es dejar de vivir con sufrimiento…”
En una entrevista del diario La Jornada Aguascalientes, Eduardo Madrigal de León, presidente de la Asociación Siquiátrica Mexicana, comentó que el suicidio es un problema de salud creciente en nuestro país. Señala que en tres décadas su frecuencia aumentó casi cuatro veces y que en la mayoría de los casos fue consecuencia de no haberse atendido a tiempo.
Para no ir muy lejos, el mes anterior, se dieron a conocer dos casos emblemáticos de suicidio en los medios. El primero, un chico que tras despedirse de sus amigos en FaceBook, tomó una pistola y se quitó la vida. El segundo, el nieto de un renombrado cómico mexicano que se ahorcó en un hotel en el Estado de México.
Tratando de ahondar en el tema hace un par de semanas acudí al teatro a ver una muy buena obra que retrata este tema en escena. “Veintidós, Veintidós”, dirigida y actuada por Odin Dupeyrón, haciendo mancuerna con Mauricio Ochman. Entre asombro, risas y un ambiente que me erizó la piel, el protagonista mostró muchas de las emociones y facetas por las que pasa una persona que está en depresión y a punto del suicidio.
Después de verla, he recomendado al menos a un par de pacientes que la vayan a ver para poder trabajar en terapia. Esto ha ayudado de alguna manera, a que vean la vida de una manera diferente y podamos avanzar.
Si te has sentido deprimido, y has pensado que los problemas por los que pasas no tienen solución, no dudes en contactarme, seguramente podremos encontrar una solución a esta situación.