Para que un proceso de comunicación fluya de manera adecuada es importante que exista retroalimentación. Como comenté en un artículo anterior, no podemos considerar comunicación a la mera transmisión de datos: Es necesario que la persona que recibe el mensaje lo procese para entenderlo y de esta manera pueda dar una respuesta. Es así como comienza el proceso retroalimentación.
La retroalimentación produce una acción en respuesta a la entrada de información y esto puede hacer que la conducta se modifique. Es por ello que se considera un proceso continuo, en el cual la respuesta del receptor generalmente produce un efecto en la conducta futura del emisor.
En el ámbito laboral, es una habilidad que las personas deberían desarrollar, sobre todo si buscan administrar con eficacia el desempeño de su personal.
Algunos autores aseguran que la retroalimentación:
- Ayuda a mejorar el establecimiento de objetivos, así como a lograrlos.
- Mejora las fortalezas y contribuciones.
- Alienta a administrar de mejor manera el desempeño.
- Fortalece la autoestima y la confianza.
- Reduce las debilidades en el desempeño.
- Da la oportunidad de validar la contribución en un equipo.
La retroalimentación es más funcional como un proceso continuo e inmediato. No es conveniente dejar pasar un lapso de tiempo largo para llevarla a cabo. En algunas empresas me he encontrado con que quienes comandan un equipo de trabajo dan gritos a diestra y siniestra cuando algo sale mal. Esto les hace creer que son mejores jefes y que servirá para que su equipo aprenda cómo deben ser las cosas, e incluso para que los miembros aprendan quién manda.
La retroalimentación no es acusar al otro acerca de lo mal que hizo las cosas, y mucho menos frente a otros, pues esto podría generar efectos contrarios en el aprendizaje y además sentimientos de vergüenza, culpa, enojo, frustración y hasta desprecio. Por el contrario, un líder es quien guía a su equipo a lograr los objetivos de trabajo, lo que generalmente produce un incremento en la productividad. Además de que genera un buen clima laboral.
Para dar retroalimentación te sugiero que tomes en cuenta los siguientes puntos:
- Que sea oportuna. Mientras más pronto la des, mayor es la probabilidad de que sea útil.
- Elije un lugar apropiado y proporciona retroalimentación de una manera tranquila y no apresurada.
- Evita juzgar a la persona, es mejor describir los hechos.
- Da ejemplos concretos de lo que pasó, de esta manera será más específica y precisa.
- Ofrece ayuda para la solución de un problema, así la persona se sabrá apoyada.
- Evita resolver el problema, de esta manera la persona podrá identificar por sí misma la forma en que puede mejorar.
- Si vas a retroalimentar el desempeño de alguien, sé positivo y constructivo.
- Sé realista y observa los límites personales, de esta manera podrás asignar metas alcanzables.
Es importante destacar que la retroalimentación no es exclusiva de un ambiente laboral, también debe darse en casa, por ejemplo, en relación con la educación de los hijos: Los padres ejercen un liderazgo con los hijos y, más que ordenarles, gritarles y castigarles sin ninguna explicación respecto a algo que hicieron, es mejor retroalimentar y explicar el porqué creemos que la conducta que llevaron a cabo no es la adecuada.